Max Hernández. El secretario ejecutivo del Acuerdo Nacional explica que el Pacto Social sólo saldrá adelante si hay una real voluntad de las partes por construir consensos.
–Usted dice que empezar el Pacto Social con la remuneración mínima vital es muy complicado…
–Yo señalaba que, entendiendo la premura y urgencia de ese tema, si lo ponemos en el primer lugar de discusión, no vamos a poder crear las condiciones para el diálogo. Es importante distinguir entre debate, negociación, concertación, y construcción de consensos.
–¿En cuál de ellos debe estar el Pacto Social?
–Yo creo que el pacto debe partir de la posibilidad de un conjunto de consensos, y algunos ya existen y constan en las Políticas de Estado del Acuerdo Nacional y en el Pacto de Mediano Plazo por la Inversión y el Empleo.
–¿Están duplicando esfuerzos?
–Hay varios procesos que están en marcha: el Consejo Nacional de Trabajo, los compromisos con el Acuerdo Nacional, los intentos de gobiernos regionales por establecer acuerdos, algunos de ellos con la lógica de ser un pacto por el desarrollo regional. Pero sí se necesita una articulación de todo esto.
En busca de consenso
–¿Hay una coyuntura para llegar a consensos en el tema del salario mínimo?
–Si bien en todos los temas la visión no es la misma y en algunos casos inclusive es opuesta, yo sí creo que es posible construir un consenso en el que se busque una solución razonable y se vea las ventajas que las partes incluidas pueden obtener y no solamente las desventajas o las concesiones que deberán hacer. Construir un consenso significa buscar una solución creativa, que no será una solución mágica que satisfaga a todos, pero sí podrá ser aceptada.
–Solución que pasa por una urgente redistribución de la riqueza.
–El mensaje del 28 de julio dice que hay un tema básico en la redistribución. La cuestión es cómo imaginamos los peruanos una redistribución de la riqueza, una mejora en nuestros ingresos que a la vez sea justa y no afecte la productividad. Esa es la tarea.
–Pero sobre este tema hay opiniones encontradas…
–No existe una percepción única, pero hay muchas cosas avanzadas. El tema es ¿cómo conjugamos la racionalidad técnica con la política, con la económica y con las urgencias que vive nuestra población?
Incluyente e inclusivo
–¿Será posible llegar a un acuerdo en la redistribución?
–Se puede, si creamos un ámbito en el que podamos dialogar gobierno, partidos políticos y sociedad civil en pro de un conjunto de compromisos para mejorar la redistribución, tomando en cuenta que el tema del salario mínimo es fundamental y también la inmensa diversidad de nuestras empresas. Hay que preguntarse si las pequeñas y medianas están en posibilidad de pagar un salario mínimo. De repente no, tal vez se tendría que pensar en salarios mínimos diferenciados.
–¿No es eso discriminación?
–Nadie cree que está ganando lo que merece, y nadie cree que paga poco. Estamos en una sociedad en que la aspiración de un empleo digno es fundamental, y para ello se necesita un salario justo. Pero también estamos viviendo en un universo despiadadamente competitivo. Por ello es positivo intentar reducir la pobreza disminuyendo la desnutrición crónica de los niños, para que nuestros futuros ciudadanos no tengan limitaciones en su capacidad de aprendizaje.
–Pero el Pacto Social está priorizando los sueldos…
–El Pacto Social debe ser incluyente e inclusivo de aquellos que aún no son ciudadanos, sino niños a los que tenemos que proteger. Entonces, la propuesta del Pacto Social debe hacer un esfuerzo por reconstituir las fibras laceradas de nuestra comunidad nacional. Si la reducimos a una mera negociación no habría que llamarlo Pacto Social, sino bastaría con las instituciones que ya existen, como el Consejo Nacional de Trabajo. El marco del Pacto Social no debe ser solo las remuneraciones, sino más amplio, que nos lleve a un buen puerto en el 2021.
“El diálogo es importante para lograr consenso”
–¿El Pacto Social debió comenzar con temas como educación y salud, en lugar de sueldos?
–No. Está bien empezar con ese tema, lo que pasa que antes de iniciar el diálogo nos dicen: ¿Usted está de acuerdo con el salario mínimo o cree que debe ser diferenciado? ¿Y si es diferenciado, ya no es salario mínimo? Es como si yo voy a una tienda a comprar alimentos y antes de entrar digo: El dueño es un ladrón porque me quiere estafar; y el dueño dice: Ese es un delincuente porque tiene cara de que me viene a robar. Entonces no vamos a poder hablar siquiera.
–¿Cómo dialogar con las posiciones encontradas que tienen los empresarios y los gremios?
–Yo creo en la enorme posibilidad de diálogo y éste solo puede ser peligroso en el sentido de no conseguir los objetivos. La palabra encuentro tiene como raíz “en” y “contra”. ¿Queremos que la convocatoria del Pacto Social sea la pista del encontronazo o el ámbito del encuentro? Eso lo definiremos nosotros, no solo el gobierno, ni los sindicatos, o los empresarios, sino todos.
–Solo cabe conciliar…
–Las fuerzas productivas deben tener una visión de responsabilidad social, por un lado, y paz laboral, por otro lado, y eso se logra con diálogo.
Fuente: La República
Fecha: Miércoles 1 de agosto de 2007